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Girls To The Front

Girls To The Front

Girls To The Front!

Proyecto de Montse Galán y Javier Panera

05/12/2023     25/02/2024

¿Se puede contar una historia del rock sólo con mujeres?

Girls To The Front! intenta trazar una genealogía de las relaciones entre las artes visuales y la música pop-rock reconsiderando las premisas bajo las cuales hemos construido el relato histórico de las músicas populares urbanas.

Al pensar en los imaginarios “oficiales” del rock se ha convertido en un tópico echar la vista hacia nombres como: Robert Johnson, Elvis Presley, Mick Jagger, David Bowie, Bruce Springsteen o Kurt Cobain, olvidando que el rock no sería lo que conocemos sin la poderosa influencia de muchas mujeres que han contribuido a forjar unas prácticas culturales ligadas a la rebeldía y el combate generacional.

La exposición está integrada por más de 300 portadas de discos – diseñadas en muchos casos por artistas visuales de prestigio como Cindy Sherman, Barbara Kruger, Annie Leibovitz, Linder Sterling, Ana Torralva o Lynn Goldsmith- con las que se articula un recorrido cronológico e iconográfico por los principales géneros y subgéneros de la música popular grabada entre 1923 y 2023, protagonizado exclusivamente por mujeres.

Nuestro viaje arranca con pioneras del blues como Ma Rainey, Bessy Smith o Memphis Minnie que, en la tercera década del siglo XX pusieron los cimientos de este género y grabaron las primeras canciones feministas de la historia, teniendo que soportar que muchas de sus aportaciones fueran saqueadas por bandas como The Rolling Stones o Led Zeppelin. Pasando por figuras como Big Mama Thornton (Cantante de Rythm&Blues que grabó en 1953 la primera versión de Hound Dog que luego popularizó Elvis Presley en 1956), iconos generacionales incontestables como Aretha Franklin o Patti Smith y figuras de culto vinculadas al punk y la música de vanguardia como Lydia Lunch, Yoko Ono, Annea Lockwood, Ana Curra, Mamen Rodrigo, Diamanda Galas o Kim Gordon, hasta desembocar en artistas actuales que han logrado fusionar experimentación y sensibilidad pop como Bjork, St. Vincent, FKA Twigs, Rosalía o Sevdaliza.

La exposición presta particular atención al Movimiento Riot Grrrl, que en la década de los 90 – con bandas como Bikini Kill, Bratmobile, Babes in Toyland, L7, o Sleater-Kinney- se erigió como una alternativa a estilos como el Grunge y el Heavy Metal y plantó cara al machismo imperante en la industria musical convergiendo en su lucha, con colectivos artísticos como Guerrilla Girls y Pussy Riot. El eslogan “Girls To The Front!” fue, precisamente, el grito de cientos de mujeres que a punta de talento, desplante, valentía, reclamaban su derecho a sentirse seguras en los conciertos de punk-rock y su reconocimiento y visibilidad profesional
dentro de la industria musical. 

Girls To The Front! incorpora, asimismo, varias obras producidas específicamente para la Sala Amos Salvador entre las que destacan el monumental diagrama conceptual que da título a la exposición con el que se visualiza una historia de las relaciones de intercambio entre las artes visuales y la música pop desde las primeras décadas del siglo XX hasta la actualidad, la videoperformance La historia del rock en 10 canciones (Vol. 2) y la videoinstalación Love Song de Montse Galán.

BIOGRAFÍAS

Javier Panera es actualmente Director del Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca e investigador cultural, Premio Villar y Macías (CSIC). Ha sido director del DA2 (Centro de Arte Contemporáneo de Salamanca) y ha comisariado más de 150 exposiciones de artistas nacionales e internacionales como Andy Warhol, Tania Bruguera, Chistian Marclay, Ulrike Rosenbach, Albert Oehlen, Tony Oursler, Concha Jerez, Fernando Sinaga o Elena del Rivero, destacando, proyectos colectivos sobre las relaciones entre las artes visuales y la música popular como Rock My Religion, Video Killed The Painting Star, This Is Not a Love Song (finalista de los Premios Ciudad de Barcelona a la mejor exposición del año), Bailar de arquitectura o El pintor de canciones.

Montse Galán es artista visual e investigadora del Programa de Doctorado de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Salamanca. Finalista del Premio Jóvenes Creadores de Salamanca en 2020 (Pintura). Su trabajo explora las relaciones entre la pintura, la cultura popular y los nuevos medios desde una perspectiva feminista y se ha materializado en varias exposiciones individuales entre las que destacan: Naked Vinyls. ¿tienen las mujeres que estar desnudas para salir en la portada de un disco? (Museo de Salamanca, 2021), Queens of Noise (Sala Pintores 10, Cáceres, 2022) o la colectiva This Is Not a Love Song (Centro Cultural de la Villa, Madrid, 2021).

Comisariado:
Montse Galán
Javier Panera

Produce:
Sala Amós Salvador – Cultural Rioja

GIRLS TO THE FRONT! — Proyecto de Montse Galán y Javier Panera

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Toda devoción causa ira

Toda devoción causa ira

Toda devoción causa ira

Liza Ambrossio

14/09/2023     19/11/2023

El relato visual de Liza Ambrossio (Ciudad de México, 1993) arranca en la adolescencia con la huida de su casa familiar y el infantil, perverso y a su vez instintivo deseo de supervivencia al invocar la muerte de sus progenitores antes que permitir el feminicidio o la desaparición de ella misma en un país, una educación y una cultura profundamente conservadora, religiosa, elitista, desestructurada y machista.

Su violento exilio dispara una investigación sobre la supervivencia, la locura propia y ajena, la libertad, la responsabilidad y la muerte, invitándonos a un viaje —mental y real—, a través de sus diferentes series.

El camino recorrido por la artista genera historias entrelazadas que rompen la cotidianidad banal y frívola para poner el foco en cuestiones inconfesables, en acciones surrealistas, en extremos actos de deseo, de justicia simbólica o en fetichismos macabros. La normalidad transmuta en imágenes monstruosas, fantasmales, mágicas o malditas, catalizadoras de nuestra intriga. Toda imagen para Ambrossio se convierte así en señuelo y delirio.

LA IRA DE LA DEVOCIÓN

El primer trabajo de Liza Ambrossio genera una alternativa de vida a partir de un diario visual. En él se muestran desde las cicatrices provocadas por el cambio de rumbo vital, iniciado al abandonar el nido familiar, hasta los diferentes caminos elegidos y por elegir, muchas veces marcados por un instinto animal primitivo. Hay cenizas del pasado, pero también visiones de ensoñaciones o futuros. Y también hay una presencia constante e indefinida en la obra, como un fantasma que le acompaña en las sombras, en el que fija su mirada de vez en cuando, y que confunde a menudo con el reflejo de su propio rostro.

NARANJA DE SANGRE

Todo comienza con una imagen mental: una naranja que sangra. Es el punto de partida de una investigación acerca del terror individual y la hipótesis de sufrir un trastorno psicológico hereditario, que se manifestaría en sueños y en síntomas o enfermedades aparentemente inexplicables. Un peso consanguíneo que la artista Liza Ambrossio carga a pesar de huir del pasado.

LA ETAPA BRUJA

Su tercera gran serie profundiza en la terrible violencia contra las mujeres que dejan titulares comunes en distintas partes del mundo sobre desapariciones y asesinatos. A partir de la investigación de una tradición familiar —las mujeres de su estirpe han practicado brujería desde hace varias generaciones—, Liza Ambrossio propone una magia ampliada y compartida como posible defensa universal contra el machismo. La misoginia es combatida en su trabajo a través de la representación de mujeres como seres inmortales e inmorales, con poderes sobrenaturales.

TRAICIONES NO AGUANTO, PARA BUENOS LOS SANTOS

El sincretismo de religiones entre España y Latinoamérica está muy presente en la obra de Liza Ambrossio, por lo que la presente muestra en la Sala Amós Salvador, cuyo primer uso histórico fue el de Convento de la Merced (primer cuarto del siglo XIV), confiere un añadido especial a su trabajo. Además, a escasos metros de este lugar una placa recuerda la última “quema de brujas” llevada a cabo por la Inquisición en noviembre de 1610. El trabajo desarrollado por Liza Ambrossio en una residencia de más de un mes en Logroño conecta la historia, la tierra, la sangre y el vino con la memoria, la pérdida y el duelo.

TEXTO COMISARIO

En los últimos años, el trabajo artístico de Liza Ambrossio ha apuntalado varias reivindicaciones merecidas, ganadas por derecho. Tal vez la más contundente sea el reclamar una obra salida de las entrañas, que de hecho habría sido el ejemplo perfecto en la Antigüedad para referirse a la bilis negra, uno de los cuatro humores líquidos defendidos desde Hipócrates hasta el siglo XIX. El resultado es un mundo inquietante construido a partir de imágenes aparentemente cercanas, pero que tienen siempre rasgos perturbadores. Casi parecen imágenes visuales de escenas de relatos de Poe o Lovecraft, aunque desde una visión contemporánea más cercana a la literatura de terror psicológico de Mariana Enríquez. Como sus libros, algunas fotografías de Liza Ambrossio también dan ganas de meterlas en el congelador, como método absurdo de defensa ante lo que acabas de leer o ver.

Otra reclamación es el modo de entender la fotografía. Por un lado, hay una defensa a ultranza de La ira de la devoción y de Naranja de sangre como fotolibros, es decir, como obras de arte en sí mismas. Obras originales que se pueden tocar y oler además de observar, que pueden ser disfrutadas más allá de las salas de un museo o galería, puesto que las puedes meter en tu casa, en tu vida cotidiana. Pero por otra parte, Liza Ambrossio defiende una forma de trabajar con la fotografía de una manera distinta y libre, con fotos propias y ajenas, originales y modificadas, distorsionadas, recortadas, invertidas o duplicadas. Cuando salta a un formato expositivo se multiplican estas posibilidades, las fotografías se convierten en esculturas y ganan tridimensionalidad, y el punto de vista ya no es lineal, como en los libros, con la lectura marcada por el paso de las hojas. En la sala, el espectador debe moverse entre las obras, tirar líneas diagonales de miradas, jugar con los espejos y verse reflejado en ellos, para que no se olvide que forma parte del proyecto, que hay que mirar hacia afuera y hacia adentro para entender la obra de Liza.

Finalmente, una última reivindicación: la capacidad de la artista de generar una alternativa de vida a partir de un diario visual. En estos proyectos se muestran desde las cicatrices provocadas por el cambio de rumbo vital, iniciado al abandonar el nido familiar, hasta los diferentes caminos tomados y por tomar por ella, muchas veces marcados por un instinto animal primitivo. Hay cenizas del pasado pero también visiones de ensoñaciones o futuros. Y también hay una presencia constante e indefinida en la obra, como un fantasma que le acompaña en las sombras, en el que fija su mirada de vez en cuando, y que confunde a menudo con el reflejo de su propio rostro. Tras años de vida nómada, como forma de tratar de dejar atrás las distintas cargas emocionales, queda aún en duda si el proceso creativo ha tenido su función catártica sanadora, si la autora ha exorcizado sus demonios o siguen ahí. Creo que el deseo real de Liza es convertirse ella misma en demonio, en completar la metamorfosis a través de su trabajo.
Javier Martín-Jiménez

BIOGRAFÍAS

Liza Ambrossio (Ciudad de México, 1993) desarrolla su trabajo entre España, Francia y México. Su primer libro, “The rage of devotion_La ira de la devoción”, editado por La Fábrica, fue considerado uno de los fotolibros más interesantes del año 2018 por el British Journal of Photography y El País. Su segundo fotolibro, “Blood Orange_Naranja de Sangre”, fue publicado por la casa editorial alemana Kehrer Verlag, y adaptado al formato expositivo en la Casa de América dentro de PHotoEspaña 2021. Gracias a las residencias artísticas en la Casa de Velázquez (Madrid) y en el Musée du quai Branly (París), en breve presentará “The witch stage_La etapa bruja” reunido en su tercer fotolibro.

Javier Martín-Jiménez (Madrid, 1978) Comisario, gestor cultural y docente universitario. Licenciado en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid. Desde enero de 2020 es Comisario Residente del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque en Madrid. Igualmente es codirector de Interfaz, Consultora especializada en Cultura y dedicada al asesoramiento de entidades públicas. Miembro del Consejo Asesor del MACBA Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires desde mayo de 2022. De septiembre de 2015 a septiembre de 2019 ha sido Asesor de Arte de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid. Anteriormente fue Fundador y Director de la plataforma independiente de proyectos culturales Hablar en arte, así como Coordinador General de PHotoEspaña, festival internacional de fotografía.

Comisario:
Javir Martín-Jiménez

Produce:
Sala Amós Salvador – Cultural Rioja

Toda devoción causa ira — Exposición de Liza Ambrossio

Un fotógrafo inesperado

Un fotógrafo inesperado

Un fotógrafo inesperado

Jorge Palomo Durán

15/06/2023     27/08/2023

Nadie, ni siquiera él mismo, esperaba ya al fotógrafo Jorge Palomo Durán (Madrid, 1885-Logroño, 1942). Los archivos históricos guardan recuerdo de los numerosos e importantes proyectos en los que intervino como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Las hemerotecas custodian a su vez reseñas de las actuaciones del que fuera director teatral e incluso cantante aficionado. Entidades tan diversas como el Aero Club Popular, el Ateneo Riojano, la Sociedad de Conciertos de Logroño, el Ayuntamiento de Logroño, la Asociación Libre de Defensa de la Propiedad Urbana Española o el Rotary Club de dicha ciudad, por ejemplo, mantienen en sus memorias las aportaciones de este polifacético personaje. Pero nadie, hasta hace muy poco, esperaba al fotógrafo Jorge Palomo Durán. Y, créannos, merecía la pena.

La casualidad, como tantas veces ocurre, es crucial en esta historia. La azarosa aparición, con motivo de las obras que se estaban llevando a cabo en una vivienda, de dos cajas de madera con más de mil negativos estereoscópicos de cristal cada una, permitiría descubrir, hace apenas cuatro años, al inesperado y excepcional fotógrafo que habitaba dentro de este arrollador Ingeniero, artista de elevado sentido estético y toque magistral. El hallazgo inicial se completó luego con la localización de otras tantas placas que permanecían en poder de la familia, lo que permitió la digitalización, catalogación y estudio de unos 4.500 negativos estereoscópicos de cristal de 45×107 mm. Es decir, una parte importante de los aproximadamente 6.500 que tomó entre 1912 y junio de 1942: instantáneas que nos invitan a la reconstrucción de su biografía, sus trabajos, sus viajes, sus aficiones y su precisa visión del mundo que le rodeaba…

Pese a su exquisita destreza técnica, a su dominio de la luz y a su talento para el encuadre, el inesperado fotógrafo Jorge Palomo, con sus imágenes, sólo buscó el deleite íntimo, sin pretender nunca —o, quizás, sin siquiera imaginar— su exhibición pública. Esa discreción, casi sorprendente en un perejil de todas las salsas sociales como era él, nos permite acercarnos casi por vez primera a una obra inédita, personal, sorprendente, original y reveladora de la inagotable curiosidad de un envidiable humanista.

La exposición Jorge Palomo Durán, un fotógrafo inesperado, nos permite acceder a su vida familiar, centrada en su chalet Los Rosales, a las afueras de Logroño, donde compartía su existencia con su esposa Carmen Cadarso García de Jalón y sus siete hijas, donde revelaba también sus fotografías y cuidaba sus 200 variedades de rosales, origen y retorno de infatigables viajes. Palomo, perteneciente a la promoción de 1908, empleó la fotografía tanto como herramienta necesaria en sus proyectos como forma de fijar en el tiempo su contribución al progreso. Afán documentalista no ajeno a preservar la memoria visual de los mundos que desaparecían sin remisión a su alrededor, ni a los variopintos acontecimientos sociales de los que ejercía como necesario cronista.

Con su vida centrada en Logroño desde la segunda década del siglo XX, las fotografías de Jorge Palomo Durán nos permiten hacer un recorrido inédito por una Rioja que ya sólo existe en el recuerdo, pero que nos ofrece nuevas herramientas para observar el porvenir cargado de tintes inciertos.

Comisario:
José Manuel Ramírez Martínez

Produce:
Sala Amós Salvador – Cultural Rioja

Escucha los podcast de la exposición:

1. Introducción

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El hallazgo fortuito de dos cajas de madera cuyo interior albergaba unos mil negativos estereoscópicos de cristal cada una, fue el punto de partida de la investigación que nos llevó a localizar tres cuartas partes de las 6.283 placas que, en su origen, formaban esta sorprendente colección. Ni que decir tiene, no teníamos la mínima sospecha de quién era su autor. El tipo de placa de cristal de 45 x 107 mm. dejaba claro que se habían disparado con una glyphoscope, una cámara francesa de cuerpo metálico y dos objetivos en horizontal, uno para cada ojo. Desde su desarrollo en 1904, era una cámara muy popular entre aficionados y profesionales de la fotografía de todo el mundo. Inventada por el ingeniero Jules Richard de París en los estertores del XIX, la glyphoscope basó su éxito en su pequeño tamaño, su peso liviano, su sencillez de uso y unas excepcionales prestaciones para obtener instantáneas de gran precisión.

Tras incansables pesquisas, logramos dar con la identidad del autor del valioso legado. Tras el disparador de la cámara se hallaba un brillante y polifacético ingeniero de caminos, canales y puertos llamado Jorge Palomo Durán. Aunque nacido en Madrid, el ingeniero Palomo acabó convirtiéndose en un logroñés más a raíz de su matrimonio con María del Carmen Cadarso García de Jalón.

Sirva esta exposición como forma de reivindicar su talento arrollador y renacentista.

2. Vida familiar

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La profesión de ingeniero lleva asociada una movilidad intrínseca, cambios de destino y desplazamientos puntuales al lugar de las actuaciones. Algo que, pese a que Palomo estableció su residencia en Logroño en 1914, sirve para explicar los diferentes lugares de nacimiento de sus siete hijas. 

El amor por su esposa Carmen es palpable en muchas instantáneas: con ella visitaba obras, acudía a reuniones y compartía viajes de asueto o de trabajo, por España y por el extranjero. Más tarde fueron sus hijas mayores quienes le acompañaron mientras su esposa atendía en Logroño los asuntos cotidianos.

Al final de su vida, tras una infundada acusación de masón que le amargó la vida, se refugió al calor de su familia en el chalé de Logroño, donde, el 5 de junio de 1942, fallece a causa de un infarto de miocardio.

3. Vida social

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A raíz de su boda con María del Carmen Cadarso en 1910, los vínculos afectivos de Jorge Palomo con Logroño crecieron hasta convertirse en su ciudad en 1914. Logroño, de escasa población y fuerte componente rural, acabó atrapándole de tal guisa que en 1924 encargó a sus cuñados arquitectos la construcción de un chalé para residencia familiar en una zona de expansión de la ciudad: en el cruce de Duquesa de la Victoria y Marqués de la Ensenada. En este chalé, derribado en 1970 y al que llamaron Los Rosales, se criaron sus siete hijas, sus nietos y unas doscientas variedades de rosas. 

Su carácter inquieto y curioso, el amplio abanico de sus entusiasmos y su simpatía natural explican su protagonismo como impulsor de todo tipo de iniciativas sociales y culturales que rompieran la monotonía de su ciudad.

4. Vida profesional

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Gracias a las imágenes que Jorge Palomo atesoró en su laboratorio fotográfico, podemos rastrear, con detalle, su periplo profesional por España y el extranjero. La colección resulta fundamental para recomponer su biografía y catalogar sus obras, pero también para comprender como el mundo rural, con su fuerte componente etnográfico, se adueñaba de sus gustos. Clarividente, Palomo observó que sus fotografías eran una forma de rescatar ese tiempo del olvido, de conservar ese mundo condenado a muerte por el progreso que prometían sus obras. Cada toma esconde, entre molinos, acequias, puentes, carreteras, o defensas, parte de su curriculum, la documentación de sus trabajos acompañados de la figura humana, soporte necesario para darles proporción y sentido. 

5. Vida en La Rioja

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Entusiasta de su profesión, de la música, el teatro, los toros o de cualquier acontecimiento que rompiera la invariabilidad de la vida logroñesa, el ingeniero Palomo tuvo una vida social muy activa en la capital riojana, donde ocupó cargos de responsabilidad y honoríficos en muchas asociaciones populares y en los círculos de la alta sociedad.

Pero su conocimiento de la región, no se quedó en la ciudad. El ejercicio de su profesión le sirvió para recorrer La Rioja y entrar en contacto con un mundo que, a él, madrileño de nacimiento, acabaría sorprendiéndole. Las instantáneas que tomó en sus andanzas por el valle y por la sierra ponen de manifiesto este asombro y admiración que, poco a poco, sin apenas darse cuenta, provocó que cada elemento etnográfico pasara a formar parte de sus querencias.

Un fotografo inesperado — Exposición de Jorge Palomo Durán

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En el silencio del aire

En el silencio del aire

La exposición de Rosa Castellot en la Sala Amós Salvador debería contextualizarse como un recorrido por la obra de una artista en un momento clave de su trayectoria: la concesión del Galardón de las Artes y la Cultura de La Rioja 2022 por parte del Gobierno riojano.

Rosa Castellot posee una sólida carrera que forma parte de los mejores momentos del arte contemporáneo de La Rioja. Sirvan como ejemplo el festival Arte en la Tierra, que comisaría y promueve desde hace veinte años en Santa Lucía de Ocón, la formación de jóvenes artistas y diseñadores a través del magisterio desempeñado en su extensa carrera docente en la Esdir o, sobre todo, la producción de una obra absolutamente singular dentro del género del paisaje. Rosa Castellot es una de las artistas que mejor ha comprendido y cultivado este género dentro de la plástica riojana. Pensamos que esta exposición representa la oportunidad de hacer un repaso a través de sus creaciones y poder contemplar su trabajo con una adecuada perspectiva temporal.

La exposición está compuesta por ciento cuarenta y tres obras distribuidas en tres capítulos que organizan uno de los posibles recorridos para disfrutarla.

EL ESTUDIO. Este primer capítulo está dedicado a un lugar similar a un laboratorio. Los conceptos y elementos de la naturaleza son traídos al estudio para convertirse en apuntes o dibujos preparatorios y, en otras ocasiones, en obra definitiva. Las condiciones de creación en este lugar, íntimo y privado, están siempre bajo el control absoluto de la artista.

EL JARDÍN. El segundo capítulo supone un paso preliminar desde lo interior a lo exterior, un recorrido transitable, evidentemente, también en sentido contrario. El Jardín es un espacio natural modelado a voluntad en el que se establece una relación pactada con la naturaleza a través del cuidado, la observación y, en este caso, el dibujo.

EL PAISAJE. El tercer capítulo representa un diálogo artístico con un universo que impone unas condiciones y una escala incontrolables. La artista se convierte en la traductora de las circunstancias físicas del territorio para convertirlas en la esencia de una obra que transcribe admirablemente elementos como el clima, las estaciones o los cambios de luz en el paisaje.

La exposición cuenta también con un vídeo documental sobre Castellot realizado por Bernardo Sánchez y Félix Guerra, un autorretrato y tres retratos realizados por Félix J. Reyes, Juan José Gómez Molina y Rafael Lafuente.

TEXTO COMISARIO

Vivir en Santa Lucía de Ocón, habitar una Reserva de la Biosfera, implica relacionarse de manera privilegia-da con el paisaje. La decisión de Rosa Castellot de mudarse a vivir al valle de Ocón, supuso, artísticamente, abrazar un mundo que, de manera inevitable, se fue colando en su estudio y ganando espacio entre sus obras. El paisaje entró en el estudio de Santa Lucía, una atalaya con nombre ideal para el trabajo y la contemplación. Un espacio que representa, desde entonces, el lugar en el que Rosa filtra los elementos del paisaje para mate-rializar, con determinación, su continuo diálogo con la naturaleza.

En esta exposición tenemos la fortuna de poder acompañar a la artista en un paseo que comienza en su estudio, donde ocurre todo; salir al jardín, convertido en un primer paso controlado hacia la naturaleza y, seguidamente, adentrarnos con la autora en un terreno donde lo imprevisible e incontrolable se apodera de un paisaje en el que Rosa se reafirma, amparándose en su mirada extraordinaria.

En el silencio del aire, título de esta exposición y un verso último de Juan Ramón Jiménez, pretende ofrecer el tono a un recorrido en el que, efectivamente, habla el silencio más que el ruido y en el que la vida es más importante que las cosas.

Carlos Rosales

BIOGRAFÍAS

Rosa Castellot nace en Madrid el 2 de diciembre de 1942. Desde 1966 reside en La Rioja. Vive y trabaja en Santa Lucía de Ocón, una pequeña localidad riojana. En 1956 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios nº 2 de Madrid, donde estudia dibujo y modelado. Recibe clases de dibujo y pintura en la academia Peña durante el curso 1962-63. En 1963 ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid obteniendo el título de Profesora de Dibujo en la sección de pintura en 1969, y la Licenciatura por la Facultad de Bellas Artes de la UCM en 1982.

Castellot ejerce la docencia desde 1969 hasta 2002, dos cursos en el Instituto Práxedes Mateo Sagasta de Logroño como profesora de Dibujo y treinta y uno en la Escuela de Arte de Logroño como profesora de Proyectos, siendo profesora titular por oposición desde 1982. En diciembre de 2002 se retira de la enseñanza para dedicarse a su obra personal. Desde esa fecha ha realizado exposiciones individuales en Logroño, Vitoria, Santander, Valladolid, Madrid, Salamanca, Cáceres, Las Palmas de Gran Canaria, Briñas (La Rioja) y Zaragoza y ha participado en numerosas colectivas.

Desde el año 2003, Rosa Castellot es codirectora junto a Félix J. Reyes de la actividad Arte en la Tierra, en Santa Lucía de Ocón (La Rioja), un festival de arte en el entorno rural de referencia a nivel nacional. En 2016, el Ayuntamiento de Serrada, Valladolid, les concedió a ambos el premio Racimo por esta actividad. En 2016 fue concedido a Castellot el Premio Mujeres en el Arte en la Rioja por su trayectoria profesional. En 2022 recibe el Galardón de las Artes y la Cultura de La Rioja, en reconocimiento a su polifacética carrera como creadora y a su trabajo como maestra de artistas.

Su obra se encuentra en colecciones públicas como en la Dirección General de Cultura y Turismo del Gobierno de La Rioja, el Parlamento de La Rioja, la Fundación para la Biodiversidad (Madrid), el Museo del Dibujo Castillo de Larrés (Huesca), la Diputación de Valladolid, la Fundación Caja Rioja-Bankia (Logroño, La Rioja). Y en numerosas colecciones privadas, diseminadas por España, Italia, Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos.

Carlos Rosales (Haro, 1964) es comisario de exposiciones, artista y profesor de audiovisuales de Bachillerato Artístico del IES Batalla de Clavijo de Logroño. Compagina su labor docente con la creación artística en su estudio en Briñas. Ha expuesto en numerosas salas, galerías y museos; y a participado en festivales regionales como Lovisual, en el que obtuvo el Premio Illy Lovisual, y Actual, entre otros. En 1998 recibió el segundo premio del I Certamen de Pintura Parlamento de La Rioja.

Como comisario forma parte del equipo de Arte en la Tierra y el Museo de Arte Contemporáneo del Camino. Fue director artístico de los Encuentros de Arte de Sajazarra desde el año 1998 hasta 2012.

Comisario:
Carlos Rosales

Produce:
Sala Amós Salvador – Cultural Rioja

En el silencio del aire — Exposición de Rosa Castellot

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Autosuficiencia

Autosuficiencia

Autosuficiencia

Enrique Marty

15/12/2022     19/02/2023

A finales de 1981 un recién creado grupo de música punk llamado Parálisis Permanente, liderado por Eduardo Benavente, publicó la canción Autosuficiencia, desde entonces es uno de los himnos más importantes de la música popular española. Al poco tiempo, se incorporaría Ana Curra a los teclados del grupo y sería el elemento clave desde entonces.

El 14 de mayo de 1983 Eduardo moriría con solo 20 años en un accidente de tráfico en Alfaro, La Rioja. A pesar de la corta vida de este grupo, su huella es inmensa. La canción, con una letra magnífica de Nacho Canut, fue elegida en 2020 por el diario El País como la canción más importante de la historia del punk en España. Ana Curra, desde 2012, por el 30º aniversario de la banda, volvió a interpretar los temas de la misma reactualizándola en cada uno de sus conciertos en solitario.

En 2020, unos días antes del confinamiento impuesto por la pandemia reciente, Ana Curra y Enrique Marty presentaban el vídeo de una canción titulada Fundido en Negro, a través de la cual parece que se estaba presentando el horror de aislamiento y muerte que la humanidad viviría esos meses. Un año más tarde, los mismos artistas presentarían una segunda colaboración en el vídeo de la canción Hiel (2021), que seguía la estela conceptual de la primera obra.

Autosuficiencia es el título de esta exposición que parte de dos objetivos: presentar el estudio del propio artista plástico como un lugar dinámico y autosuficiente y al mismo tiempo hacer un homenaje a Ana Curra, una de las personas esenciales en el punk-rock en las últimas décadas en España, todo ello bajo la experiencia que el confinamiento nos ha dado.

Se trata de generar una estancia a través de la reconstrucción del estudio del artista, un lugar donde entre grandes cajas de embalajes aparecen multitud de obras de diferentes etapas de la trayectoria de Enrique Marty. Como motivo de esta oda a la autosuficiencia del estudio, de esta gran torre de marfil particular, la figura de Ana Curra, como gran musa, preside la estancia. Una escultura en la que la cantante aparece transformada en el propio Zeus con el rayo en la mano, recibe al espectador que a partir de ahí puede deambular por un caótico espacio cargado de obras y de estímulos. Pintura, escultura, vídeo, dibujo, escenografía, instalación… todo el inmenso mundo formal de Enrique Marty vertido para convertir la Sala Amós Salvador en un espacio habitable.

Con esta acumulación en torno a esta musa se pretende ofrecer la riqueza de lenguajes y voces en las que se basa la obra de uno los artistas más importantes del arte español de las últimas décadas, alguien que ha sido capaz de trascender la pintura hacia diferentes ámbitos siempre desde sus temáticas nada complacientes en la que desnuda los convencionalismos y los maquillajes a través de los cuales deambula el ser contemporáneo.

Enrique Marty (Salamanca,1969) es uno de los artistas españoles más destacados de su generación gracias a su capacidad para desarrollar un trabajo en el que replantea diferentes pilares de la cotidianidad como la familia o las relaciones personales intentando ver su lado oculto e incluso sórdido y siniestro. Aunque es la pintura su principal herramienta en su prolífica obra, ha trabajado indistintamente con el dibujo, la escultura, el vídeo o la instalación. Su acercamiento a la música le ha hecho al mismo tiempo desarrollar diferentes vídeos musicales utilizando la antigua técnica de animación de stop motion

Es licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca (1992). Obtuvo la prestigiosa Beca de la Fundación Marcelino Botín (1996-1997). Ha expuesto, de forma individual desde 1998 en Bélgica, México, Corea, Alemania, Holanda, EEUU, España, Australia, Argentina, Italia o Brasil. Destacan sus individuales en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, MUSAC o Museo Lázaro Galdiano.  Además de importantes colecciones privadas tiene obras en las siguientes colecciones: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, MUSAC, Da2 de Salamanca, ARCO, Troubleyn Laboratorium, ARTIUM de Vitoria, CAB Burgos, Museo Patio Herreriano, Het Valkhof Museum, Ozil Collection, Fundación Marcelino Botín, INJUVE, Museo Marugame Hirai (Japón), Colección Unicaja, Junta de Castilla y León, Universidad de Salamanca, Ayuntamiento de Almagro, Pelayo Mutua de Seguros, Consejería de Cultura de la Región de Murcia.

Rafael Doctor Roncero (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1966). Historiador del arte, gestor cultural, editor, escritor y comisario independiente. En 1989 crea y dirige la revista alternativa Apartado 14.479. En 1993 comisaría su primera exposición en el Canal de Isabel II, lugar del que trabajaría en la programación hasta el año 2000. Entre 1997 y 2000 dirige el Espacio Uno del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía donde realiza casi una treintena de exposiciones como comisario. En 2002 trabaja en la programación artística de Casa de América de Madrid. Desde 2002 a 2009 crea y dirige el MUSAC Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. En 2010 dirige la Fundación Santander 2016. Desde 2010 hasta la actualidad dirige los Encontros de Artistas Novos en Santiago de Compostela.  De 20017 a 2019 fue director del Centro Andaluz de la Fotografía. Es Presidente de la Asociación Capital Animal. Director de la editorial Los Doscientos y creador de Monsters for Animals. 

Comisario:
Rafael Doctor Roncero

Produce:
Sala Amós Salvador – Cultural Rioja

Colabora:
Ana Curra

Autosuficiencia — Exposición de Enrique Marty

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