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Cuidado y peligro de sí

Cuidado y peligro de sí

Cuidado y peligro de sí

 

12/11/2020     17/01/2021

Cuidado y peligro de sí es una exposición colectiva que toma su título de la fusión de dos ensayos: El cuidado de sí de Michel Foucault y Pureza y peligro de Mary Douglas. Esta aproximación de la historia-genealógica de la sexualidad y el análisis de la contaminación y el tabú sirve (estratégicamente) para trazar una meditación sobre los modos (sintomatológicos) del “vivir juntos”. En una perspectiva (todavía)-pandémica (sin recurrir a planteamientos literalistas) se presentan obras de artistas que llevan años planteando la cuestión del sujeto más allá de los estereotipos.

Trabajos performativos, video-instalaciones, esculturas, dibujos, fotografías y cuadros articulan esta muestra que tiene voluntad de ser un ensayo filosófico. Eso no supone deslizarse hacia cuestiones crípticas o desplegar una erudición académica, sino asumir, como ha planteado Zizek, que el problema es que, aunque la vida vuelva a la normalidad, no será la misma normalidad que antes del brote: “Las cosas a las que estábamos acostumbrados como parte de nuestra vida diaria ya no se darán por sentadas, tendremos que aprender a vivir una vida mucho más frágil con amenazas constantes. Tendremos que cambiar toda nuestra postura ante la vida, ante nuestra existencia como seres vivos entre otras formas de vida. En otras palabras, si entendemos ‘filosofía’ como el nombre de nuestra orientación básica en la vida, tendremos que experimentar una verdadera revolución filosófica”.

Esta exposición tiene carácter “temático” sin pretender ofrecer una “tesis conclusiva”, prefiriendo abrir cuestiones o diseminar problemas. Tal vez evitar las simplificaciones sea el único modo de hacer justicia a la complejidad de lo que nos pasa. En cierto sentido, las obras de estos artistas nos permitirán pensar la comunidad/inmunidad, siempre que tengamos presente que “lo inmune –apunta Roberto Esposito- no es enemigo de lo común, sino algo más complejo que lo implica y lo requiere”.

Replegados en la cuarentena, des-movilizados por la pandemia del covid19, hemos tenido que aprender a vivir juntos de otra manera. Hemos escuchado hasta la saciedad discursos que balbucean ante el horizonte que califican de “vuelta a la normalidad”, usándose de forma extremadamente confusa el término desescalada cuando acaso solamente se esté alegorizando un batacazo tremendo o, peor, una incapacidad para empezar a afrontar lo que nos pasa. La ceguera frente a un planeta inequívocamente enfermo, paralizado por lo vírico (hechizado desde hace tiempo por la “viralización” de lo insustancial) no es meramente manifestación sintomática de un deseo de no saber (una suerte de sublimación de lo peor) sino que nuestro velamiento del colapso del Capitaloceno es una consecuencia de la incapacidad para pensar lo común.

Fernando Castro Flórez, comisario de la exposición.

Artistas participantes:
Arturo Cariceo
Maite Centol
Esther Ferrer
Regina José Galindo
Rodrigo García
Rocío Garriga
Concha Jerez
Diana Larrea
Almudena Lobera
Teresa Margolles
Eugenio Merino & Indecline
Liliana Porter Y Ana Tiscorina
Abigail Reyes
Bernardí Roig
Avelino Sala
Domingo Sánchez Blanco
Santiago Talavera

Comisario:
Fernando Castro Flórez

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Broto. Algunos Colores

Broto. Algunos Colores

Broto. Algunos colores

 

10/07/2020     25/10/2020

ALGUNOS COLORES

El arco iris es un suntuoso regalo que, como el arte, no tiene ninguna utilidad.
Ya Descartes lo analizó y explicó su fundamento sin renunciar a la emoción que produce.
Su avistamiento es azaroso, y en ocasiones es doble. Si se tiene esa fortuna, se araña la felicidad.

El gris es un color muy extendido ha tenido mala fortuna.Es elegante y dicen que triste, incluso anodino. A mi no me lo parece.

El violeta es un color picudo, impropio, imposible
y se asienta bien en la lavanda.

Siempre he desconfiado de la serenidad del verde… El lametazo de la vaca.

El rojo es un color vivo, estruendoso y desapacible.
Hiere y te abraza con su urgencia.
Ver rojo es acomodarse a la paz de la ira.

Azul, añil, glasto. Lo que vemos antes de ver.
El fondo que ampara y estimula el dibujo de esa nube.

Los ocres son de gran utilidad en el campo,
asedian y ordenan la expansión del verde, lo ponen en su lugar.

Hay un amarillo ácido que desasosiega, vivir con él es un sobresalto.
Hay otros más clementes como el de Nápoles y algunos menos claudicantes.
Yo prefiero el sobresalto agrio.

Rodeados de noche el negro se hunde y ya no lo ves.

Naranja como una cálida broma.

El púrpura es una utopía que oscila entre el violeta y el rojo.
Más que un color es una distinción.
Han conseguido que sea un color sospechoso.

El marrón es como la tierra. De muchos colores.

Blanco como nada.

José Manuel Broto

 

Esta exposición “Algunos colores” muestra la trayectoria de un artista que reivindica el color como elemento determinante de la creación plástica, no como adorno o complemento. El color como hilo narrativo, con intensidad y brillantez individualizadas, en una combinación de elementos respondiendo a un sentido constructivo. En resumen, el color como protagonista de las obras. Como dato definitorio de una exposición que quiere mover a la contemplación.

Si la idea es sugerente, no lo es menos el recorrido de la exposición por colores, acompañados por frases del artista pertenecientes a su texto Algunos colores. El recorrido se inicia con el blanco y el negro, los “no colores”. A continuación  El espectro visible, las obras en rojos, naranjas, amarillos, verdes, azules, añiles y violetas; es decir, los colores del arcoíris en el espectro visible, los colores del espectro puro. Tras esto aparece La Tierra,  ocres, marrones y gris; “el marrón es como la tierra” con palabras del pintor. Finaliza el trayecto con el Arco iris, es la “culminación”, donde un diccionario de colores entre nubes nos transporta a la poesía, que siempre es luz y revelación.

Broto nos invita a participar de una narración poética y sugestiva alrededor del color. Un paseo reposado por un mundo abstracto en el que cada cual puede poner su subjetividad.

El artista observa e interpreta el mundo a través de la pintura y los colores. Más que para entenderlo, para transformarlo, pues en los cuadros de Broto no hay una transcripción visual del entorno sino la voluntad de reconstruir, junto a los espectadores, otro mundo posible.

Lola Durán Ucar

 

BROTO. Nota biográfica

Nacido en Zaragoza en 1949, Broto recibe formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, aunque por un corto espacio de tiempo. Comienza a pintar composiciones neofigurativas pero pronto se decanta por el informalismo, realizando sus primeras obras de corte constructivista-que él denomina «bajorrelieves».

A principios de los setenta se traslada a Barcelona, donde entrará en contacto con otros creadores e intelectuales con los que llevó a cabo la revista TRAMA que dará nombre al grupo. Además de esta revista, de la que solo se llegaron a publicar tres números, pusieron en marcha otra publicación literaria bajo el nombre de DIWAN.

Este colectivo compartía los principios artísticos que preconizaban la «vuelta a la pintura» y seguía una orientación política de  ideología marxista y maoísta con influencias de la teoría psicoanalítica de Freud y Lacan. El grupo Trama se disolvió a finales de los setenta.

La obra de Broto, notablemente influida en sus comienzos por el colectivo francés Suport-Surface, las revistas Tel Quel  y Peinture, cahiers théoriques entre otras publicaciones, y especialmente por los escritos teóricos de Marcelin Pleynet y el expresionismo abstracto, ha sido también relacionada con algunos postulados minimalistas; de hecho él es uno de los mayores exponentes de la llamada Pintura-pintura, y por tanto uno de los artistas que más ha reivindicado la abstracción frente a la figuración y al arte conceptual. Broto prescinde del mayor número de elementos creando unas composiciones extraordinariamente sintéticas en las que superpone una serie de signos abstractos muy gestuales de gran capacidad metafórica y sugestiva que flotan sobre la superficie de cada lienzo. La importancia concedida al vacío, el uso de gamas cromáticas intensas que crean multitud de contrastes y armonías que aparecen suspendidas en atmósferas cristalinas y silenciosas son características presentes en toda su obra.

En la actualidad José Manuel Broto reside y trabaja en Mallorca. Desde sus comienzos  ha realizado más de ciento sesenta exposiciones personales y cerca de cuatrocientas colectivas. Sus cuadros figuran en museos y grandes colecciones y ha recibido numerosos premios y distinciones entre los que destaca en 1988 el Grand Prix du Salon de Montrouge, 1995 Premio Nacional de Bellas Artes, 1996 Académico correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luís, 1997 Premio ARCO de la Asociación de Críticos, 2003 Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza, 2003. Premio Aragón Goya de Grabado.

Artista:
José Manuel Broto

Comisaria:
Lola Durán Ucar

Producción:
Sala Amós Salvador
Cultural Rioja

Algunos colores — José Manuel Broto

Comisariado de la exposición Entrevista con Lola Durán

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Arte urbana

Arte urbana

Arte Urbana

 

28/02/2020     17/05/2020

Si hoy son escasas las exposiciones de arte urbano, menos aún lo son las promovidas por instituciones, y no digamos las protagonizadas por mujeres. La desigualdad de género invade todas las áreas imaginables de la sociedad y, por supuesto, el arte urbano no escapa a este hecho. De ahí que tenga sentido reunir en una misma exposición a creadoras que comparten su condición de mujeres, en una disciplina predominantemente masculina, en un campo marginal del sistema del arte y muchas veces ilegal.

Uno de los objetivos de esta exposición es dar a conocer a aquellas que se dedican, especialmente, a la pintura en el espacio público, destacando tanto nombres internacionales como locales, proponiendo así un ambicioso recorrido que abarca las sólidas e irreverentes carreras de las fundadoras, frente a la insolente audacia de las más jóvenes, representantes todas ellas de los diferentes estilos del movimiento denominado arte urbano, o como desde hace unas décadas se viene llamando: postgraffiti.

La exposición la integran: Lady Pink, pionera del grafiti en las calles de Nueva York a principios de los ochenta, que expone por primera vez en España en la Sala Amós Salvador de Logroño; a su lado, Musa 71, un auténtica precursora del grafiti en nuestro país que lleva más de treinta años escribiendo en los muros; Btoy, destacadísima artista en la técnica del stencil, y Miss Van, ambas reconocidas internacionalmente por pintar personajes femeninos, se suma Emily  Eldridge, con su estética vibrante y renovadora de las prácticas artísticas callejeras, y la subversiva Vegan Bunnies quien, armada con su mensaje combativo en pro de los derechos de los animales, bombardea las calles con un estilo cándido y macarra. Pese a su juventud Killa Ek, representante del estilo y energía de las artistas sudamericanas, reclama un indigenismo que plante cara al pasado colonial, muy lejos del exotismo que Perrine Honoré aporta a sus coloridas composiciones matissianas. Por último, Nuria Toll, que usa «reservas» para componer ilustraciones inspiradas en la naturaleza, y Dunja Jankovic cuya obra plagada de eclécticas reminiscencias abstractas y minimalistas ejemplifica la técnica del paste-ups.Todas las obras serán pintadas en vivo por las propias autoras durante el transcurso de la exposición, conformando así una sugestiva colección de murales. Junto a ellos, además de documentación sobre todas las artistas, cuatro significativas obras audiovisuales sobre el arte urbano hecho por mujeres: Girl power (2016), dirigida por la grafitera Sany; Street heroines, de Alexandra Henry; Live Life Like Girls (2018), la película viral del Crew suizo KCBR; y Wild Style (1983), la mítica cinta sobre el Movimiento Hip Hop en la que aparece Lady Pink.

Completan la exposición célebres publicaciones sobre arte urbano como Subway art (1984), de la fotógrafa Martha Cooper y proyectos en los que intervienen artistas mujeres, como Truck Art Project en el que los camiones sirven de lienzo. Y finalmente, como no podía ser de otra forma, referencias a las creaciones realizadas por mujeres en las calles de la ciudad de Logroño. En definitiva, ejemplos de artistas y obras que nos permiten comprobar el influyente papel de las mujeres en el arte urbano. Y una oportunidad inmejorable para conocer a fondo eso que hemos bautizado como «Arte Urbana».

Artistas participantes:
Lady Pink
Musa 71
Btoy
Miss Van
Emily Eldridge
Vegan Bunnies
Killa EK
Perrine Honoré
Nuria Toll
Dunja Jankovic
Sany
Alexandra Henry
KCBR

Arte Urbana – Andrea Btoy

Arte Urbana – Dunja Jankovic

Arte Urbana – Musa 71

Arte Urbana – Perrine Honoré

Arte Urbana – Lady Pink

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Cristina de Middel y Santiago Sierra. Fronteras

Cristina de Middel y Santiago Sierra. Fronteras

Fronteras

Cristina de Middel – Santiago Sierra

 

16/11/2019     09/02/2020

En estos tiempos tan dados a los repliegues identitarios, a la construcción de vallas y muros, al avivamiento de las identidades nacionales y al estrechamiento de la vigilancia de los límites existentes, el arte debe seguir franqueando fronteras, defendiendo el territorio de la libertad, cuando no ampliándolo.

Entregamos la soberanía de la Sala Amós Salvador a Santiago Sierra y a Cristina de Middel, dos de los artistas internacionales más reconocidos de cuantos han nacido —por casualidades del origen— en España.

En un lado, Santiago Sierra presenta, por primera vez en España, «Bandera negra», una de las empresas más ambiciosas del artista. El 14 de abril de 2015, Santiago Sierra completó la primera parte de «Bandera negra» en el Polo Norte, latitud 90° N. Una expedición viajó desde la remota isla de Svalbard hasta la cinética base de hielo rusa Barneo, utilizando una red de turismo privado y empresas de apoyo logístico para completar el viaje. Desde la base, se realizaron varios viajes para documentar la plantación de la bandera y el paisaje circundante.
Ocho meses después, el 14 de diciembre de 2015, exactamente 104 años después de la exitosa expedición noruega de Roald Amundsen al Polo Sur y la tragedia del fallido intento de Robert Falcon Scott, se completó la última entrega de «Bandera negra», utilizando la infraestructura sustancial y permanente de la Antártida.
La bandera fue plantada y registrada en el Polo Sur con una latitud de 90º S. «Bandera negra» toma la forma de una inmersiva instalación fotográfica y sonora que documenta ambas expediciones.

En el otro lado, Cristina de Middel presenta «Rutas semánticas», un estudio crítico de la identidad nacional española, en momentos en los que se respira un «aire denso, cargado de razones de bar y cuñados», como ella misma dice. Sin claveles ni pieles de toro, este proyecto abierto y en curso, invita a descubrir este país sin guiones históricos ni sentimentales y propone dirigir la mirada hacia todo lo que pueda relajar las posturas por reducción al absurdo, algo muy español también.

En «Rutas semánticas» se asocian las señales de carretera de varios pueblos españoles en cuatro grupos: la «Ruta anatómica» con Tobillos, Agallas, Codos y La Muela, entre otros; la «Ruta del Terror», donde no faltan La Hoz de la Vieja o Tinieblas; la «Ruta religiosa», que comienza con Jesús y concluye con Siete Iglesias; y la «Ruta safari» que incluye topónimos como Gata, Codorniz, Palomas o Toro. Estas señales se muestran sobre secuencias fotográficas de fondo que establecen un juego de mezclas entre significantes y significados, entre el horizonte y la superficie, creando lúdicas relaciones, unas veces más literales, otras más metafóricas. Todo ello conforma un viaje por tierras españolas a lomos del extrañamiento y bien acompañados por la ironía sobre lo cotidiano y más cercano.
Dos viajes, dos desafíos, dos llamadas a la acción, dos maneras de atravesar territorios y vincular personas con distensión, belleza y —por qué no— guasa.

Artistas:
Cristina de Middel
Santiago Sierra

Colaboradores:
Sala Amós Salvador
Cultural Rioja

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